Ya se contempla nuestro
destino. El autobús aplaude, les hace mucha ilusión salir de excursión. A mí
nunca me han gustado los viajes del imserso. ¡Con lo a gusto que estoy yo en mi
residencia sin nada que hacer! ¿No se trata de eso la vejez? Pues se empeñan en
que tenemos que hacer actividades… Paramos y comenzamos a bajar ayudados de dos
cuidadores. Nos han traído a mitad de la sierra, a disfrutar de la naturaleza
dicen. ¿Y por qué nos hacen atravesar esta alambrada? ¿Y por qué nos empujan
con impaciencia hasta que estamos todos dentro, cerrando la puerta para
quedarse ellos fuera? El cartel reza "Reinserción del lince ibérico",
y los linces no se hacen esperar. Deben de estar hambrientos. Todos gritan pero
yo me giro para mirar a los cuidadores traicioneros. Pensarán que somos un
plato apetitoso y fácil de cazar. Y mientras ellos se quedan ahí de pie
contemplando el morboso espectáculo.
Lara
Carrasco Pérez
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