Lunes, 14 de septiembre . Mi
cibernovio me acosa, quiere cibersexo, no estoy de humor. Mis amigas virtuales
no paran de abrirme chats. He hecho la compra en el supermercado
online. He revisado la casa por las cámaras, alimentado al perro a base de
teclado y sigo con la rutina diaria: mis cuentas bancarias son
electrónicas, las consulto. Emito unos pagos, todo está en orden. Entro a la
video cam de la guardería: los gemelos corretean por la clase. Hasta la tarde
no vuelven. Busco una web de vacaciones: holidayintro.com. Por 25€, encuentro
una hora de evasión. Pago con pay pal. La web sube mis pensamientos a la nube y
me quedo vacía. Me siento envuelta en una telaraña tejida
lentamente. Mis dedos están viscosos y mi cerebro burbujeante. No me puedo
escabullir. Atrapada en la red, llamémosla, internet. Deshumanizada.
Sin vida.
Begoña Pasalodos
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