EL BLOG DE LAS JORNADAS

sábado, 22 de octubre de 2016

26. La noche me confunde, Francisco García Bausán


Llega la noche, salgo a dar una vuelta por el barco, gente, mucha gente, y entre todos ellos… no, lo imposible se ha revelado, una conjura de brujas recorren uno de los pasillos. Las sigo, un aurea especial las rodea; de improvisto cambian de dirección, hacia… atrás, han dado la vuelta, vienen hacia mí, me han descubierto. Una voz, una voz celestial se oye en una sala al fondo del pasillo, una voz armoniosa que las llama, que las seduce e invita a entrar en su aposento, una voz que me aleja de ellas, que me… trae gratos recuerdos, es la voz de mi amado, la voz de Adams. Un frío intenso recorre todo mi cuerpo, la vida me está probando, no es posible que Adams esté con ellas; vigilo, están hablando, riendo, de pronto se tocan, se están tocando, juntan sus manos y se besan, en la mejilla. Una iluminación divina llega a mi mente, y comienzo a entenderlo todo. Me ama, sí, me ama más que nada en el mundo, está dando su vida por mí; habrá descubierto que venían a por mí y se ha interpuesto en su camino. Seducido, ha sido afectado por algún hechizo, y han anulado su voluntad. He de rescatarlo, se lo debo.

    Espero paciente, un descuido, un error, una lenta reacción, hasta que pasada la medianoche llega mi gran oportunidad. Salen, salen todas juntas, embriagadas de alguna poción especial que hacen que se tambaleen, hacia la cubierta superior. Es fácil, relativamente fácil, una a una van cayendo por la borda, los gritos son acallados rápidamente por la música reinante. De pronto me encuentro frente a la más malvada, la que besaba y se contoneaba frente a Adams; con ella práctico el genuino arte de la navaja en mano; una mueca, solo una mueca sin tiempo a más reacción es lo que muestra, seguida de un ligero encorvamiento hacia atrás, antes de salir despedida por la borda con un seco  crujido de su espina dorsal. Salvados, estamos salvados ante tanto pecado y lujuria. He conseguido parar el aquelarre y devolver al infierno sus pertenencias. Voy al encuentro de Adams, necesito su calor, sentir su torso, su aliento… Nos encontramos en una de las escaleras interiores.

.- Hola Eva, llevo tiempo buscándote, he conocido unas chicas que nos invitan a la fiesta de disfraces de esta noche. ¿Te apetece?. ¿Nos vamos a cambiar?. La fiesta ya ha comenzado...



Autor: Francisco García Bausán


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