EL BLOG DE LAS JORNADAS

miércoles, 21 de octubre de 2015

20. EL TRATO, VICTOR MANUEL RUBIO BUDIA

Al frotarse la cara su piel comenzó a desprenderse. Reflejado en el metálico servilletero, distinguió un escamado rostro. Tembloroso, guardaba los trozos de epidermis en la taza como si nadie fuera a notarlo. Su enérgico brazo desencajó la puerta y el sol le abrasó. Deseó estar al final de la avenida, lejos de las horrorizadas miradas, y en dos segundos estaba allí. Quiso estar en aquellas montañas nevadas, donde apareció al instante. El hielo calmó el dolor, pero su piel ya caía convertida en polvo. Largas uñas azabache afilaban sus dedos cubiertos por escamas carmesí. Percibió un río subterráneo, a varios kilómetros, y quiso morir ahogado. La convección del agua helada aplacó su calor y sintió que la vida se le escapaba. Envidió el calor del sol en la lejanía, y pudo ver la tierra desde miles de kilómetros. Sollozando, anheló estar en casa, y se miró al espejo. Su silueta humana permanecía, pero no así su alma.

Víctor Manuel Rubio Budia

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