EL BLOG DE LAS JORNADAS

lunes, 17 de octubre de 2016

15. La mansión doblemente maldita, Francisco José Plana Estruch

Mi hermano despierta y se concentra en sembrar el caos en la mansión. Las luces de la casa fluctúan intermitentemente. Un par de jarrones y una percha vuelan empujados por la furia incontenible de mi gemelo. A mí no me agrada lo que está haciendo, pero estoy aburrido y decido colaborar con él. Observo una pieza de cristal de bella factura demasiado valiosa para ser destruida, pero, en su lugar, destruyo un par de vasos rayados por el uso excesivo. No asusto a nadie, no tengo talento para ello. En cambio, mi hermano posee un alma destructiva y, con su devastadora fuerza, empuja al abismo la figura que yo había indultado. Además, un i-phone termina desintegrado contra la pared. Los propietarios de la casa despiertan y salen al pasillo a comprobar qué ocurre. El marido se acerca a los restos metálicos y suspira con alivio:
 !Menos mal! Es el tuyo, cari.
 ¡Serás cabrón!—  replica su esposa aunque refrena su insulto al observar un objeto encima de la chaqueta de él, junto a la percha caída— ¿Con qué fulana usas esos condones? ¡Yo estoy operada!
La pelea doméstica se ve truncada porque mi hermano decide entrar en el cuarto de los niños a terminar su poltergeist particular.
  ¡A los pequeños no! — grito, pero no logro frenarlo. A este lado de la realidad, él es más fuerte. Los niños aúllan de terror al ser despertados por el fantasma fuera de sí en que se ha convertido mi hermano. La familia al completo huye despavorida de la mansión.
— ¿Por qué tengo que aguantar esto?  me lamento—. Yo fui feliz durante mi vida, incluso teniendo que convivir con mi deforme y enajenado hermano siamés pegado a mi cuerpo hasta que ambos fallecimos en la operación de separación. No merecía quedar enganchado a su alma para siempre.



 Datos personales del autor: 
 Nombre: Francisco José Plana Estruch

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