EL BLOG DE LAS JORNADAS

lunes, 20 de julio de 2015

10. Reds, David Monzó Ferrer

En cuanto sintió acercarse al primer Red, apretó el gatillo. Como el relámpago que presagia la tormenta, el fogonazo del arma iluminó el desván lo suficiente para ver la muerte pintada en una decena de ojos rojos que le buscaban, atraídos por su imprudencia. Agazapado tras un viejo arcón, hizo cuentas. Cinco cartuchos, cinco Reds. Es decir, cero margen de error. Su única opción real de acabar con los Redivivos era inhabilitar su chip en la base de la nuca. Inspiró y dejó su escondite, como en las películas, convertido en un cazador de bestias. A cada trueno, un Red caía a plomo, el cuello seccionado y la mirada perdida. Pero en las películas todo sale bien. Habiendo acabado con los cinco intentó huir, hasta que una mano le agarró el pie. Trastabilló, golpeando su espalda contra una mesa. Al llegar al suelo, su cuerpo de trapo no sentía nada de cuello para abajo. Sonrió: "¡Cabrones, ahora ya no podréis conectarme!".

David Monzó Ferrer

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